Ayer por la noche, el Itamita Hipster, Hello Stranger y yo, nos encaminamos al Auditorio Nacional para disfrutar del grupo británico de Trip-Hop por excelencia. Y vaya que lo disfrutamos, después de meses y meses de rumores y contratiempos.
Creo que los conocí con el Mezzanine, en el '98 gracias a Concitta de las Joyas, prima mayor que ya era bastante fan por esos entonces, aunque en ese momento no les agarré el gusto del todo. Años más tarde, escuchándolos con calma se fueron volviendo imprescindibles en las playlists: un Trip -Hop bien trabajado, que combina varios géneros desde el rock al drum & bass, complejo y über sexy con una gama de voces y arreglos bastante amplia.
- Martina Topley Bird: sólo escuchamos las últimas dos canciones de su set, bastante chidas, con xilofonito y guitarra eléctrica, una voz suavecita y un español muy respetable sumando a un outfit de kimono-cortina y máscara de luchadora.
2 baterías, 5 voces distintas, una tornamesa, guitarra eléctrica y el teclado, sumados a una pantalla de leds rojos, verdes y blancos dispuestos en tiras haciendo las veces de pared y un coqueto juego de luces blancas, verdes y moradas fueron los elementos para un show lleno hasta el último asiento, adrenalinoso y envolvente, música muy trabajada que arma un mood étereo, salsoso e intenso del que uno no sale hasta que le prenden la luz y se descubre a sí mismo caminando hacia afuera en medio de (ugh) un gran mar de gente.
El setlist consistió sobre todo de rolas del nuevo disco: Heligoland y el Mezzanine, aunque también un par del Blue Lines: Safe from Harm y Unfinished Sympathy, además de Future Proof del 100th Window o KarmaComa del Protection.
Tocaron una versión bien bonita de Teardrop, muy tranquila, que marcó el punto super mellow dentro del concierto, justo a la mitad; proyectando imágenes de ojos en blanco y negro en la pantalla de leds. Linda, mucho.
En mi opinión, Massive Attack es el make-out concert por excelencia, el beat que sigue todo el concierto es super cachondo (creo que nunca había escrito ese adjetivo, no es de mis palabras frecuentes) esencial estar acompañado para disfrutarlo como se debe, para poder agarrarse a besos y bailotear despacito y pegados (una disculpa a Itamita Hipster si en algún momento nos pasamos de indistretos y/o encimosos) y entre las luces y los cambios de vocalistas, además de la intensidad de rolas como Inertia Creeps o Mezzanine, uno no se puede estar sentado ni un minuto.
A menos que usted sea la señorita que estaba al lado nuestro, una chica con pinta oficinil y una cara que venía más al caso en un consultorio de dentista; se levantó solo cuando tocaron Angel (que sí, en su defensa es una rolota, ideal para escena sexy-tensa de película) y en algún momento salió, por tacos o algo así, supongo, y no regresó hasta 40 minutos or so después, cuando casi terminaba el encore.
Estaban acompañados de una corista con unas caderas del tamaño de Venezuela (que para ser caderas, es harto kilometraje) envuelta en un vestido largo negro y una flor roja en la cabeza, que aparte traía toda la actitud y el sex appeal del mundo que cantó una versión bien chida de Safe from harm junto con Daddy G.
Martina Topley Bird participó de nuevo en varias rolas, esta vez con un vestido plateado über cur-vi-lí-neo y unas cosas doradas en la cabeza, dándole toda la onda a Psyche o Babel.
Lleno absoluto, que se notaba nomás llegar al ver los mares de gent y la imposibilidad de comprar una cerveza o una coca sin hacer unas filas infinitas, lugar ideal para hacer people-watching y encontrarse a unos cuantos conocidos o semi-conocidos, y de repente uno que otro individuo que era mejor evitar. Una vez dentro, no se veía un solo lugar vacío, ni un solo puntito rojo.
Horace Andy estuvo presente para cantar Girl I love you, con una serie de cifras politicosas de distintos países proyectadas en verde, cambiando al ritmo de la música, así como en Splitting the Atom al principio del encore.
En algún momento (no me acuerdo que canción fue, despiste total) empezaron a proyectar encabezados de noticias, desde lo más frívolo "Thalía regresará al cine" hasta lo más transgresor, en español, logrando agitar a la gente, que gritó y aplaudió aún más con el último: "Viva México Cabrones"
Volvieron pronto para el Encore, empezándolo con Unfinished Sympathy, seguido de Atlas air, Splitting the Atom y cerrando con Karma Coma, que prendió durísimo, con unos arreglos orientalosos por momentos, aderezados con juegos de luces proyectados sobre el público que no pudimos ponernos de acuerdo si eran de lámparas de bebé o de lava.
Salí con una de esas sonrisas idiotas de satisfacción absoluta, gran gran noche, cerrada con romance y Orangina.