Sugar on my tongue

Soy fan de llevar mi camarita rosa a todos lados. Especialmente a fiestas, aunque en realidad cualquier lugar y/o evento, o perro, o letrero chistoso es bueno para fotodocumentar (el complejo de paparazzi!)

"Cada vez que alguien saca la lengua en las fotos, dios mata un gatito"

Después de un rato, suele llegar un momento en que la gente empieza a sacar la lengua en las fotos ( o a hacer caras salsosas) ¿O soy solo yo? Como sea, de seguro es algo no de dios y por eso castiga a los gatitos. (No así con la levadura, deidad que está a favor de las fotos comprometedoras).

 Feisbú es testigo (oh...feisbú, lo extraño) e incluso hubo un tiempo en que era como reflejo automático al ver que alguien sacaba la cámara.

Ja, esas fotos servirán para decir "¿y que rayos estaba pensando cuando me peiné así?" en algunos años, o para mandarlas a canl cinco cuando desaparezca la gente, o como evidencia comprometedora de estados semi-etílicos (o no) da igual, la cosa es tomar cantidades industriales de fotos.

La camarita rosa es de mis juguetes favoritos. Mi primera cámara fue una de esas kodaks chiquitas y rectangulares,de flash feo y fotos granulosas con rollos que parecían lentecitos y la usaba para tomarle fotos al perro y a la rana. De ahí siguieron varias kodaks caseronas, herencias de batalla de lamamá,  y una larga época de camaritas desechables, por si las perdía (y sí, las perdía) que hasta eso no eran tan pinches (mientras fueran días perfectamente soleados en espacios abiertos, ja) un par de camaritas digitales ajenas que me apañé por meses (ni a mi hermano ni a tat, les gustó ese detalle, creo) y una Minolta más pro que heredé y que aprendí a usar ya en la uni, muy mona ella, pero nada práctica para turistear.

Rosa mexicano, chiquita, digital y más o menos a prueba de idiotas, pero con un montón de joterías y funciones (aunque no a prueba de agua, ya tuvo el trauma de caerse al excusado y no le fue nada chido) es crucial para poder salir, aunque sea a la tienda y tengo la teoría de que me la dieron para que me estuviera en paz (igual que mi primer walkman).

¡A matar gatitos!