Nuestros muertos florecen

¿Alguien se sabe bien-bien la leyenda de La llorona y de donde salió y porqué y blah? Yo no, hasta ayer.

El domingo, mientras resucitábamos en casa de Manzana, comiendo tostadas de atún y viendo una película de miedo que por estar doblada al español con-las-patas (en el 7) no daba naaada de miedo (bueno, casi nada, trío de mariquetones)

De ahí salió la idea de lanzarse a la cosaqueponenenenlastrajineras del día de muertos y vamos y sí sí que coquetería y hay que decirle a todo el mundo. Total que al día siguiente estábamos los tres trepaditos en mi coche (Donato) rumbo a Xochimilco porque nadie más jaló, por hueva o por falta de dinero o quizá por ambas cosas.


Y llegamos bien temprano, como una hora antes y ya había una fila laaarga laarga como si regalaran canastas de despensa y fotos autografiadas por Yuri. Nos tocó ver como los precavidos que compraron sus boletitos en Ticket Master hacían tremendo berrinche de señora camionetona del Pedregal o similares porque sus boletos "todavía no llegaban" y pasamos muy sonrientes por los nuestros, 3 de los últimos 5 para la función de las 7, yey!

Y pasamos la fila laaarga laaarga y nos dio tiempo de ir por chocolate caliente (con Hersheys, muy tradicional) y nos treparon a nuestra trajinerita y ay que emoción.

Y sí, si estuvo bien chido, y vimos una vaca y nos congelamos y tratamos de tomar fotitos (si alguna se medio ve algo al rato que llegue a mi casa y las suba pues la posteo y hago como que estaba aquí desde el principio y yastá.)

Y de vuelta parecía que íbamos por Perférico en día de obras, solo que el tráfico en trajinera es mucho más chistoso y chocas y rebotas y pasan trajineras-tiendita.

Y yo que tenía mil millones de años de no pararme por ahí, tonta.

Publipost: Todo noviembre va a estar el espectáculo de la llorona en las trajineras, en el embarcadero Cuemanco. Vayan vayan vayan, nomás llévense una chamarra peluda. O dos.

(Esta no es de ese día, pero está coqueta y va con el tema y yastá)